viernes, 7 de febrero de 2014

Mi lindo San Martín de los Andes











Años noventa.

Como joven veinteañera me enamoré de una ciudad chiquita, con mil postales, con identidad patagónica, madera, lagos, montañas, álamos, flores, nieve. Todo bonito. En verano y en invierno.




Fueron varios los años que la visité, logrando sentir que conocía todos sus secretos.
Allí me conecté, o reconecté, mejor dicho, con mi parte creativa del tejido.
Un día, creo que en 1994, inspirada en esta ciudad, tejí una campera con flecos que terminaban en bolitas de madera. Un suceso. Todos tenían un comentario para hacer al respecto y casi diría que fue el inicio de lo que es mi presente tejedor. (Ya encontraré esa foto para mostrar).

Y hoy, varios años después, volví a San Martín.






Para aprender algunas otras actividades









Insistir en las mismas de siempre








Aprovechar el frío para lucir mis creaciones






Enamorarme de una fila de canoas en Quila Quina





Castigarme con una merienda






Detenerme en el Cerro Bandurrias para escuchar el viento, que hace a las ramas chocarse entre sí.





Y también para dar clase!!!!!!




Esta vez llegué con una bolsa enooooorme de tejidos, todos hechos con lo mejor de mí. Y un grupo de gente convocado por Graciela Fortino, de Meli Lanas, esperaba en la Biblioteca 9 de Julio a que le enseñe todo lo que hay para tejer en esta temporada 2014. 











Hicimos magia con rectángulos tejidos en crochet o dos agujas: desde gorros y sacos con capucha, hasta zapatitos, pantuflas y mitones. También alamares, tapado circular y la técnica del crochenit. Todo sencillito y accesible el temario 2014. (Gracias Doña Cata por tus fotos!)


Y pasó lo que nunca antes:
Tanto nos entusiasmamos que se hicieron tres horas de clase!!!!
Fue mucha alegría, anécdotas, consejos compartidos entre todas, fotos, merienda. Siempre que nos juntamos tantas tejedoras termina pasando lo mismo. Nos sentimos como niñas en un recreo de escuela!
Y terminamos yéndonos, sólo porque afuera había familia y gente que se preguntaba por nuestra suerte.
Salí feliz.
Llena de energía por tanto cariño recibido de todas las sanmartinenses. Fue una verdadera fiesta!!
Gracias. Mil gracias, San Martín de los Andes.
Tantos años y me seguís sorprendiendo!